Ya es una costumbre follar con su hermano todos los días
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Simplemente se queda en la cama y deja que pase lo que tiene que pasar. Es como ser la esposa de alguien: ya no conversa, no pide las cosas. Solo se acuesta ahí tranquila y espera que su macho cumpla con su ficción biológica. Algo que de no ser como ella lo desea, entonces si estará lista para reclamar. Lo cierto es que, para ella ya es costumbre follar con su hermano todos los días. Primeramente porque su coño necesita tener una polla metida a cada momento, y luego por no va a desaprovechar a un mucho que tiene cerca y que además, puede hacerla gozar sin ella pedirlo.