visita relampago a casa de mis tios

Nada sucede por casualidad y que este tipo se hiciera 200 kilómetros para ir a casa de sus tíos tampoco. Hacía mucho tiempo que no veía a su prima y no había podido olvidar aquel beso tan apasionado que se dieron en su última despedida, por lo que ideó una estrategia que consistía en decir que pasaba por allí y que se hacía perdido buscando uno de los pueblos de la comarca. En este caso si fue una casualidad que su prima estuviese sola y además de lo más receptivo, a la muy zorra le palpitaba el chocho y hasta parecía que lo hubiese estado esperando.