Mi hija se tragó toda mi leche anoche, no le gustó

Estaba durmiendo cuando le metí mi polla en la boca con la esperanza de que me hiciera una mamada. Que buena está la zorra de mi hija, no puedo resistirme a ella. Al sentir mi rabo en su boca ella se sorprendió y hasta parecía no querer hacérmela, pero ya habíamos jugado a este juego otras veces y yo sabía que tenía su pleno consentimiento para hacerlo.

Me la chupaba bastante bien, aunque a veces ponía cara de asco. Ella era más de follar que de chupar, pero a mi me excitaba sentirme dentro de su boca y no pude controlarme, acabé corriéndome. Inundé toda su boca y su garganta con mi leche, hasta el punto de que se vio obligada a tragársela. La cara de asco que puso al tragarla me excitó muchísimo, no se explicar porqué.