Métemela ya papá, no puedo esperar más
Ella hacía mucho tiempo que se sentía atraída sexualmente por su padre. Ambos vivían juntos desde que sus padres se divorciaron, y de ser su figura paterna pasó a ser su amor secreto. Cada día se masturbaba pensando que tenía sexo con él, hasta que un día sucedió. En el sofá los dos sentados y en actitud juguetona ambos se comenzaron a tocar mientras ella no podía evitar las risas.
El hombre empezó a acariciar sus pechos y a besar su cuello, la jovencita se hacía la inocente pero llevaba tanto tiempo esperando aquello que no podía creerse que fuera real. Poco a poco la fue desnudando, hasta que finalmente se quedó sin ropa y su padre comenzó a comerle el coño. Tenía un chochito joven pero muy peludo, eso si, a su padre le encantaba esa raja. Podría haberse pasado horas comiéndole el chocho, pero fue precisamente la chica la que le pidió que se la metiera, cosa que obviamente el padre hizo de inmediato.