Hijo, hoy estoy muy cachonda y me apetece…
Su madre no pudo resistirse, puede que fuera algo hormonal, pero el caso es que esa mañana estaba muy cachonda. Entró en la habitación de su hijo y se acercó a la cama donde se encontraba él. El muchacho estaba simplemente leyendo, pero cuando su madre se le echó encima le quedó claro lo que pretendía. Pronto sus manos fueron hacia las tetas de la vieja mientras ella le decía lo cachonda que estaba. El chico lo dejó todo para complacer a su querida madre, que menos.
Ella le sacó la polla y se puso a hacerle una mamada, pero no era suficiente para sus ansias de sexo, quería más. Totalmente desnuda y con sus tetazas al aire el chico comenzó a frotarse en la madura, pero rápidamente se tumbó en la cama y se abrió de piernas esperando su rabo. Su hijo ni se lo pensó y atravesó su chochito peludo. A pesar de ser su madre se la folló en su cama como si fuera una perra, que era precisamente lo que ella demandaba.
Al final la zorra acabó corriéndose al sentir el pene de su chico.