El abuelo llega borracho y con ganas de follar

Siempre que pasa eso, se aparece con flores en la mano (como si realmente hicieran falta) y empieza decirle cosas a la antigua de la misma forma como se ligaba hace miles de años. El abuelo, una vez más ha llegado borracho y la nieta, como siempre, sabe que quiere follar. Realmente es una vez cada dos meses por su edad, pero la jovencita siente pena que ya no tenga una mujer que lo pueda complacer y se anima siempre a hacerlo ella misma. Sin que él le diga más nada, le empieza a hacer una mamada de polla y luego que logra levantarla, hace que se dé gusto con su coño hasta que pueda. Sabe que cuando no este, lo va a extrañar un montón.